En el desarrollo de la programación de la COP16 en la zona verde, el 30 de octubre se realizó un conversatorio llamado ‘’Mujeres indígenas incidiendo para el Wët wët Fxi´zenxi de los territorios de la Çxhab Wala Kiwe’’, convocado por la Asociación Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI). En este espacio participaron las lideresas indígenas Yuliet Moreno Cantor, Yohana Acosta Zapata, Evelyn Natalia Molina, Yoana Acosta y la niña Geydi Lorena Labio Chate. Todas coincidieron en destacar la importancia de las mujeres indígenas dentro de los diferentes escenarios.
Las mujeres son dadoras de vida, protectoras y cuidadoras de la naturaleza, pero también es fundamental el reconocimiento de su participación en los procesos políticos, en la toma de decisiones y concesos. No solo son cuidadoras, sino también actores políticos, autoridades tradicionales que aportan desde sus saberes ancestrales y visión integral del territorio.
En el conversatorio, las lideresas resaltaron que su papel va más allá de roles convencionales; su voz y su experiencia son esenciales para la defensa de los derechos territoriales colectivos y el bienestar de sus comunidades. Además, subrayaron la necesidad de crear espacios de participación efectiva, donde sus perspectivas y saberes sean valorados en igualdad de condiciones, fortaleciendo así su incidencia en políticas ambientales y territoriales.
Las lideresas subrayaron la relación profunda entre las mujeres indígenas, las madres y el territorio, destacando que, desde su perspectiva, el territorio no es solo un espacio físico, sino una madre que nutre, sostiene y guía. Esta conexión es espiritual, pero también política porque defender los territorios, es defender la vida. El territorio es fuente de identidad cultural, un espacio sagrado que resguarda el conocimiento ancestral transmitido de generación en generación.
Las mujeres indígenas, al considerarse a sí mismas como hijas y guardianas del territorio, ven en su defensa una forma de resistencia y de afirmación de su derecho a la autodeterminación. El espacio estuvo acompañado por otras mujeres quienes conversaron y compartieron la palabra, sabidurías, conocimientos y experiencias de vida, creando un tejido de relatos donde cada una aportó desde su propia vivencia y lucha. En sus intervenciones, destacaron el valor de la colectividad y el sentido de pertenencia que las une al territorio y a sus pueblos y comunidades.
Este intercambio permitió visibilizar las múltiples formas en que las mujeres contribuyen a la defensa territorial y la revitalización cultural, desde la transmisión de lenguas y conocimientos medicinales hasta el liderazgo en procesos organizativos y de incidencia política. La conversación se transformó en un acto político y de resistencia, una reafirmación de su rol fundamental en la construcción de un futuro en el que sus voces sean escuchadas y sus derechos respetados.
Todas coincidieron en que la Madre Tierra está sufriendo por la falta de conciencia de la humanidad, afectada por el deterioro ambiental, la sobreexplotación, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y desertificación, que amenazan no solo los territorios indígenas, sino la vida en el planeta entero. Para las lideresas indígenas, esta desconexión entre el ser humano y la naturaleza es resultado de una visión que prioriza el consumo y el beneficio económico por encima del bienestar y equilibrio de todas las expresiones de vida.
De otra parte, Geydi Lorena Labio Chate, una niña Nasa, destacó la importancia de la participación de los niños y niñas en los procesos de cuidado y protección del territorio, porque finalmente son quienes van a habitar el futuro, y vivir el legado que dejemos en el presente. Involucrar a la niñez en estos procesos es una manera de asegurar la continuidad de los saberes ancestrales y de fortalecer el vínculo profundo con el territorio desde la infancia. Geydi resaltó que, al ser escuchados y participar activamente, los niños y niñas adquieren una conciencia que los convierte en futuros guardianes de la Madre Tierra.
También hace un llamado de atención para que las generaciones del presente hagan cambios estructurales en sus hábitos de consumo y que los grandes poderes económicos extractivista tengan voluntad ética y política para asumir sus responsabilidades en las crisis que tenemos que afrontar. Geydi Lorena subraya que no basta con pequeñas acciones individuales; es urgente que los modelos de desarrollo y producción cambien hacia alternativas sostenibles y respetuosas con la Madre Tierra. Su mensaje es claro: las prácticas extractivistas y la explotación sin límites están devastando el planeta, y los impactos de esta crisis recaerán principalmente en las futuras generaciones, quienes deberán enfrentar las consecuencias de decisiones tomadas hoy.
Finalmente, hace un llamado para que los derechos de los niños y niñas se garanticen y no exista más violencia en su contra, ni presión por parte de ningún grupo armado. Resalta que los niños y niñas tienen el derecho fundamental de crecer en un entorno de paz, libre de miedo y coerción, donde puedan desarrollarse plenamente y soñar con un futuro propio.
El conversatorio «Mujeres indígenas incidiendo para el Wët wët Fxi´zenxi de los territorios de la Çxhab Wala Kiwe » en la COP 16 fue un espacio de reflexión y participación de las mujeres indígenas en el que reafirmaron su papel esencial como guardianas y líderes de sus territorios y culturas. Con voz firme y clara, estas lideresas recordaron que el cuidado del territorio es un acto de amor y resistencia, en el que participan activamente no solo ellas, sino también los niños y niñas, quienes asumen su rol como futuros protectores de la Tierra. Este encuentro visibilizó la urgente necesidad de reconocer el valor de los saberes ancestrales en la lucha por el cuidado y restauración de la Madre Tierra. Las mujeres indígenas, junto con las nuevas generaciones, hicieron un llamado contundente para construir un futuro basado en el respeto mutuo, la paz y la equidad, donde sus derechos y el equilibrio natural sean prioritarios y garantizados.
¡Defender los territorios es defender la vida!