30 de septiembre de 2020
Hay preocupación por el proyecto de decreto del Ministerio del Interior relacionado con el “Protocolo de Coordinación Interinstitucional para la consulta previa”, y la Directiva Presidencial No. 8 de septiembre de 2020 o “Guía para la realización de la consulta previa”, que podrían limitar este ejercicio y constituiría una medida regresiva a los derechos fundamentales de los pueblos indígenas.
Por Redacción CNTI
Por medio de la consulta previa, las comunidades indígenas tienen la capacidad de decidir acerca de aquellas obras o actividades que planeen ser desarrolladas en sus territorios, así como cualquier medida administrativa o legislativa que pretendan ser implementadas allí, ya que cualquier proyecto que pueda generar un impacto ambiental, debe ser respetuoso con las leyes de origen y la cosmovisión de los mismos.
Para Elizabeth Apolinar, abogada del pueblo indígena Sikuani, la consulta previa debe “cumplir unas condiciones y garantías en recursos humanos, en temas logísticos, en derechos, en formación y en tiempo, porque cada pueblo tiene una dinámica diferente en su territorio y alguien de afuera no puede decidir cómo hacer las cosas”. Por lo tanto, es riesgoso el avance de este tipo de iniciativas que contemplan la consulta como un mero trámite.
¿Por qué es tan importante el derecho a la consulta previa para los grupos étnicos?
En palabras de Fernando Herrera, abogado constitucionalista y analista ambiental de la Comunidad de Juristas Akubadaura, este derecho ayuda a cuidar los ecosistemas, las semillas y el agua. Así mismo, la Corte Constitucional la ha contemplado como una oportunidad para luchar contra la deforestación y cumplir los convenios internacionales en materia ambiental.
Además, las demandas de los pueblos indígenas y las estrategias de defensa del territorio han generado que Colombia tenga una jurisprudencia fuerte respecto a la consulta previa y el Estado tiene la obligación de garantizar la participación efectiva.
Paulo Ilich Bacca, doctor en estudios socio jurídicos de la Universidad de Kent, explicó que la consulta previa ha demostrado ser un espacio de intercambio y que el diálogo busca hacer reconocidas otras visiones para entender el territorio, el desarrollo y la forma ubicarse en el mundo. Señaló también que, si bien el derecho internacional reconoce los derechos de los pueblos indígenas a ser consultados, han sido ellos mismos, por medio de sus movimientos, quienes han logrado llegar a instancias internacionales y que sus voces sean escuchadas.
¿Es la consulta previa un obstáculo para el desarrollo del país?
En el contexto actual, el discurso de los gremios económicos acerca del progreso, señala los territorios indígenas como tierras no productivas, sin tener en cuenta que su tenencia colectiva es un derecho fundamental milenario que reduce el riesgo de etnocidio.
La antropóloga y especialista en derecho ambiental, Marcela Castellanos, aseguró: “Si seguimos pensando que los pueblos indígenas son un obstáculo para el desarrollo y no garantizamos el derecho fundamental para no afectar su integridad cultural, estamos en un proceso de racismo ambiental”.
Por eso, las iniciativas provenientes del Gobierno tienden a ser inconstitucionales y generan precisamente inseguridad jurídica porque pueden caerse en la Corte Constitucional ante una posible disputa. Además, al ser reglamentaciones inconsultas, resultan ser medidas regresivas en materia de derechos territoriales indígenas.
Las decisiones en manos del poder Ejecutivo, que deberían ser consultadas y concertadas con los pueblos indígenas, cambian en forma pero no en fondo. La directiva presidencial abriría paso ya no a certificaciones pero sí a la gestión de la Dirección Nacional de Consulta Previa para definir la procedencia cuando esta ya está definida por sentencias de la Corte Constitucional.
En este orden de ideas, el proceso de reglamentación no haría más que facilitar el avance de las agendas extractivas en territorios de pueblos en riesgo de desaparición y continuar con la violación de los tratados internacionales, así como del precedente constitucional que salvaguarda el derecho de las minorías étnicas a ser consultadas de manera previa.
Así, desde las organizaciones que integran la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, fue extendido un llamado a la Procuraduría General de la Nación y a la Defensoría del Pueblo, para que hagan un seguimiento juicioso de este tipo de iniciativas y exijan al Gobierno nacional que detenga la violación al derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas en el país.
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