Tarea 7.1Bis: Apoyar y promover, según proceda, la tenencia tradicional de la tierra y garantizar la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades locales para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica de conformidad con la legislación nacional.
Ponencia de:
Ricardo Camilo Niño Izquierdo, Secretario Técnico Indígena de la CNTI
- Buenos días, hermanos y hermanas indígenas del mundo. Agradezco la oportunidad de poder estar aquí y compartir con ustedes algunas reflexiones en este espacio.
- Celebro que hoy tengamos la posibilidad de alzar las voces de los pueblos y organizaciones indígenas para la preparación de la decimosexta conferencia de las partes sobre diversidad biológica, un avance significativo para generar escenarios de exigibilidad y participación plena y efectiva de los pueblos indígenas, en todas las etapas y niveles de aplicación del Marco Global de Biodiversidad, y por supuesto en las decisiones sobre nuestros territorios indígenas y su cuidado.
- Sin duda el proyecto de programa de trabajo hasta 2030 sobre el artículo 8j) y otras disposiciones del Convenio sobre la Diversidad Biológica relacionadas con los Pueblos Indígenas y las comunidades locales es uno de los caminos claves que debemos transitar para incidir a largo plazo en las diferentes tareas, acciones y metas del marco global de biodiversidad.
- Se me ha pedido reflexionar sobre el elemento 7 asociado al enfoque de derechos humanos, específicamente sobre la tarea 7.1Bis que habla de:
- Apoyar y promover, según proceda, la tenencia tradicional de la tierra y garantizar la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades locales para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica de conformidad con la legislación nacional.
Y yo agregaría que en conformidad con los estándares internacionales de derechos territoriales indígenas.
Para comenzar a hablar de ello, quiero destacar algo fundamental: se ha demostrado que, a mayor seguridad jurídica y material sobre los territorios indígenas, mayor es la conservación de la biodiversidad. Esto no es solo una afirmación, es una realidad respaldada por estudios como los del IPBES en 2019 y la CNTI en 2023. Aplicar un enfoque de derechos implica considerar al menos cuatro aspectos fundamentales:
- Interdependencia de derechos
- Atención de los sujetos por sobre los bienes
- Atención y protección de las relaciones materiales e inmateriales que mantenemos con nuestros territorios
- Progresividad y ampliación de la participación
Frente al cuidado de la biodiversidad y el reconocimiento de los derechos territoriales, enfrentamos varios retos y apuestas a nivel global:
Los Pueblos Indígenas jugamos un papel crucial en la preservación de la vida en el planeta, al albergar en nuestros territorios cerca del 80% de la biodiversidad mundial, a pesar de ocupar solo el 22% de la superficie terrestre. En Colombia, existimos 115 Pueblos Indígenas, además de otros pueblos no contactados y/o en aislamiento voluntario quienes protegemos el 49% de los bosques en nuestros 889 resguardos que equivalen a más de 35 millones de hectáreas. En nuestros resguardos se encuentra además el 11.13% de los páramos, el 4.4% de las reservas de la biósfera y el 12% de los humedales RAMSAR del país. Los pueblos indígenas en nuestros territorios ancestrales cuidamos y protegemos ecosistemas vitales, como bosques, mares, páramos, nevados, aguas, lagunas, ríos, selvas, desiertos y sabanas, así como la conectividad biocultural en todo el país.
Los pueblos indígenas de todo el mundo compartimos un legado de luchas históricas contra el exterminio y el despojo territorial y cultural. Estas luchas, libradas durante siglos, buscan mantener, recuperar y reafirmar nuestros vínculos ancestrales con nuestros territorios. Estas luchas definen quiénes somos. Nuestra lucha territorial es, en esencia, una lucha por nuestra existencia como culturas, pueblos y guardianes de conocimientos tradicionales.
Este carácter ancestral de nuestra relación con la tierra y la naturaleza y nuestros sistemas de conocimiento, que muchos pueblos indígenas luchamos por preservar y otros por recuperar tras siglos de políticas de asimilación cultural y despojo territorial, es lo que da sustento y sentido a nuestro ser en el mundo.
Este sentido histórico e identidad de nuestra lucha es la razón de ser de nuestros planteamientos, y también el contenido de nuestras posturas y apuestas políticas y jurídicas. Es desde lo que somos como pueblos originarios que contribuimos a la paz y justicia globales, y exigimos, en cualquier escenario de decisión, el respeto a nuestros legítimos derechos.
Es fundamental que los Estados reconozcan su responsabilidad en garantizar la justicia y la igualdad a través del reconocimiento y protección de la diversidad étnica y cultural, valorando nuestras diferencias. La igualdad material, como se ha señalado en varios tribunales internacionales, implica un trato igual para situaciones y condiciones equivalentes, y un trato distinto para las diferentes. El reto es encontrarnos en objetivos comunes sin renunciar a la diversidad de nuestras luchas, atendiendo a los factores históricos y particulares de violencia y despojo que hemos enfrentado.
Desde este lugar de resistencia, los pueblos indígenas sostenemos la necesidad de que toda política, programa, sistema o acción de las partes orientadas al manejo, ordenamiento o protección de la diversidad biológica en nuestros territorios debe ser formulada o reformulada con un enfoque estricto de derechos, en muchos países hoy inexistente. Esto es aplicable conforme al derecho nacional e internacional, y los Estados deben considerar los alcances del concepto de TERRITORIO INDÍGENA en el marco jurídico internacional, incluyendo aquel sobre la diversidad biológica.
Los gobiernos deben tomarse en serio el enfoque de derechos al consolidar sus posiciones frente a las metas globales que buscan enfrentar la pérdida de biodiversidad. Esto implica superar las brechas existentes en la garantía, respeto, recuperación y protección de los derechos indígenas territoriales y de autonomía. Para lograrlo, los Estados deben cumplir con varias tareas pendientes:
- Proteger la diversidad biológica implica proteger la vida de quienes defienden nuestros territorios. Es incoherente hablar de protección de la biodiversidad mientras continúan los asesinatos de defensores indígenas. La visión integral del territorio y el ejercicio de la autonomía que proponemos es la más adecuada para proteger la vida en nuestros territorios. La objeción cultural, por ejemplo, adquiere en este marco un papel central para desactivar los factores vinculados y subyacentes que aún hoy nos involucran en el conflicto armado y extractivo en nuestros territorios.
- Reconocer integralmente la tenencia de la tierra de los pueblos y los territorios indígenas y tradicionales en aquellos países en los que aún no han sido reconocidos, y avanzar en la garantía del goce efectivo de los derechos territoriales en aquellos países que, como Colombia, tienen una legislación amplia, pero siguen con una deuda histórica en esta materia. Existen miles de solicitudes de formalización de la propiedad pendientes en Colombia, algunas de las cuales llevan años, incluso décadas, sin resolución. Este rezago no contribuye a la protección de la diversidad étnica ni a la preservación de la biodiversidad, y pone en peligro de extinción física y cultural a numerosos pueblos indígenas, así como la extinción de especies y ecosistemas estratégicos.
- Adoptar medidas coordinadas con los pueblos indígenas para cumplir con el concepto integral, indivisible e interdependiente de territorio indígena. Ello implica dimensionar jurídicamente e incorporar el contenido, los alcances y eventuales diálogos entre las distintas relaciones jurídicas, materiales e inmateriales con el territorio (posesión consuetudinaria o propiedad), su carácter ancestral o tradicional conforme a las normas, los criterios y las subreglas de interpretación constitucional e interamericana que integran el estándar de respeto, garantía y protección existente, pero también en un marco de Inter legalidad y pluralismo jurídico.
- Finalmente, los Estados deben adecuarse orgánica y jurídicamente para garantizar la autonomía territorial indígena, en los términos constitucionales y convencionales existentes. En este sentido, la adopción e implementación de marcos legales que reconozcan la autoridad indígena sobre la gestión ambiental será decisiva.
Propuestas para el Abordaje de la Meta 3 y Meta 22
La Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal propone que, para 2030, al menos un 30% de las zonas terrestres y acuáticas del mundo sean conservadas y gestionadas de manera efectiva. Los pueblos indígenas proponemos que este reconocimiento se haga bajo un enfoque de derechos, garantizando la integridad de nuestros territorios y la protección de nuestros sistemas de vida y conocimiento. Los territorios indígenas deben ser reconocidos como categorías que contribuyen integralmente a la conservación de la biodiversidad y a la lucha contra el cambio climático.
En cuanto a la Meta 22, que busca garantizar la participación plena, equitativa e inclusiva de los pueblos indígenas en la toma de decisiones sobre biodiversidad, proponemos operativizar el indicador sobre el uso y la tenencia de la tierra en nuestros territorios. Este indicador debe ser implementado desde nuestros sistemas propios de información, como una herramienta fundamental para el reconocimiento de nuestros derechos territoriales en todas las metas y objetivos del Marco Global de Biodiversidad.
Estimados delegados, líderes indígenas, representantes gubernamentales: Nos encontramos en un momento crítico, en el que la humanidad enfrenta desafíos ambientales sin precedentes. Es precisamente en estos momentos cuando los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas emergen como una fuente vital de sabiduría.
El Marco Global de Biodiversidad nos ofrece una oportunidad única para transformar el modelo de conservación, reconociendo y fortaleciendo nuestros derechos territoriales. No podemos permitir que se siga repitiendo el despojo en nombre de la conservación. Es el momento de que el mundo reconozca que la protección de la biodiversidad depende de la protección de nuestros territorios, de nuestros conocimientos y de nuestra autodeterminación.
Hermanos y hermanas, hoy, en esta cumbre, reiteramos la necesidad de avanzar en ello.
¡Defender los territorios es defender la vida!