La comunidad indígena El Coco hace un llamado urgente al Gobierno nacional y a los entes competentes para que intervengan de manera inmediata, frente a la violación de sus derechos fundamentales y territoriales por parte de la Infantería de Marina Armada de Colombia.
Las comunidades indígenas de Coco Viejo y Coco Nuevo están ubicadas en el municipio de Inírida, departamento de Guainía. Pertenecen al resguardo indígena Coayare y a pesar de dominar muy bien el castellano, su esencia lingüística y el manejo de su idioma ancestral pertenece a los Curripacos, un pueblo indígena que cuenta con aproximadamente 4300 personas, asentadas principalmente en los departamentos de Guainía, Vaupés y Vichada.
En cuanto a sus actividades productivas y económicas, la comunidad suele hacer uso de herramientas que cuentan con un saber ancestral, enfocadas en la extracción de la gravilla y la pesca, además de contar con diferentes grupos familiares artesanales, quienes trabajan la tejeduría en fibra.
A pocos minutos de su territorio se encuentra un batallón del Ejército y otro de la Marina que prohíben el paso de la comunidad dentro de su territorio ancestral, lo que llevo a la comunidad a hacer un llamado el pasado 3 de septiembre a la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) a través de un video, en el que expresaba su preocupación por las exigencias que hacía uno de los sargentos perteneciente a la Infantería Armada de Colombia.
Por esta razón, el Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas (ODTPI) como componente de trabajo de la CNTI, atendió el llamado de la comunidad y de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), y emprendió un viaje el 13 de octubre al suroriente del país, a una pequeña parte del «pulmón del mundo» para brindar un acompañamiento a la comunidad de Coco Viejo y Coco Nuevo.
Al llegar a Guainía (“espejito del sol” en lengua Puinave) se tuvo la posibilidad de analizar y reconocer que es uno de los territorios con mayor presencia de Pueblos Indígenas, con una gran extensión de selva cargada de intereses capitales que buscan explotar su riqueza natural y someter a muchos de sus habitantes a unas constantes problemáticas como la presencia de grupos armados, deforestación, minería ilegal, trabajo forzado a menores y a las diferentes violencias que afectan directamente a las mujeres.
La CNTI logró ubicar a 10 minutos en motocicleta el resguardo indígena de Coayare, El Coco, integrado por cinco comunidades indígenas: Coco Viejo, Coco Nuevo, Curripaco, Puinave y Piapoco, pueblos originarios y asentados en Guainía.
La tropa armada como una problemática para el Pueblo Indígena
En la socialización con la comunidad y la Infantería de Marina Armada de Colombia, se logró evidenciar que la presencia de esta tropa armada estaba generando dificultades de orden público en el territorio, ya que este grupo asegura que la comunidad no tiene permitido pasar hasta un punto, mismo que la comunidad asegura que corresponde al cementerio donde se encuentran los restos de sus ancestros.
Aunque no existe información clara sobre la delimitación de la sede militar que colinda con la comunidad El Coco, en el municipio de Inírida, se tiene conocimiento de la presencia del Batallón Fluvial de Infantería de Marina N°50 (BAFLIM50) con km 3 vía a El Coco. Batallón que hace parte de la Brigada de Infantería de Marina No. 5 (Resolución No. 6469-MDN del 30 agosto de 1989)[1], inicialmente denominada como la Fuerza Fluvial la Flotilla del Magdalena y del Oriente.
En el año 1999 adquirió la denominación de Unidad Operativa Menor y su puesto de mando está ubicado en el municipio de Puerto Carreño, en el departamento del Vichada. Actualmente, cuenta con unidades y elementos fluviales de combate, asignándosele como área de responsabilidad los ríos de Guaviare, Inírida, Orinoco y sus afluentes[2].
Por otro lado, se encuentra el Batallón de Infantería N°45 general Próspero Pinzón, el cual fue creado en el año 2003 y activado en el año 2005 como Batallón de Infantería Motorizado y ubicado en Puerto Carreño, Vichada. El día 19 de noviembre de 2005, al activarse la Brigada de Selva No. 28, fue asignado como jurisdicción en el departamento del Guainía.
Origen de la Comunidad de Coco Nuevo y Coco Viejo
De acuerdo con el registro y los testimonios que ha brindado la comunidad, este Pueblo Indígena es originario del Río Negro, también llamado Río Guainía, perteneciente del territorio desde los años 50s al que le concedieron un terreno que fue pagado con cuatro toneladas de fibra y que hoy en día pertenece al territorio de Coco Viejo y Coco Nuevo.
Sin embargo, en el año 1976 se le concedió parte del territorio a un colono cerca de la laguna Kamasabe, donde había cultivos que le pertenecían a la comunidad. Años después, esta persona vendió el terreno y lo dejó bajo el poder de la Infantería para la instalación del batallón.
Ahora mismo, la comunidad de El Coco tiene conocimiento de que en su momento se hizo una consulta previa con el “capitán” que se encontraba ejerciendo su autoridad en el año de 1995, quien termino aceptando y vendiendo el territorio a la fuerza armada, a pesar de que era un resguardo.
Todas esas incongruencias y falta de certeza han afectado seriamente a la comunidad, ya que la fuerza armada está reclamando parte de un sitio sagrado para el Pueblo Indígena de los Curripacos.
La deuda de las instituciones en materia territorial con la comunidad de El Coco
Según la información de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) el resguardo fue constituido a través de la resolución del 25 de abril del año 1986[3], con una extensión de 11840 hectáreas aproximadamente, en la que actualmente se encuentra ubicada en los parajes de Coayare-Coco en un terreno situado con jurisdicción del municipio de Inírida a favor de las comunidades Puinave, Piapoco y Curripaco.
Sin embargo, los habitantes de la comunidad El Coco aseguran que desde el año 2010 se está solicitando la ampliación de su territorio, uno de los procedimientos más importantes en los que el Estado debe brindar el reconocimiento e incluir los territorios de manera adicional del resguardo al título de propiedad de la comunidad, a pesar de que ha pasado más de una década en la que no han recibido ninguna respuesta por parte de la Agencia Nacional de Tierras.
Al hacer el respectivo seguimiento a la ANT, fue posible evidenciar que el 16 de agosto de 2018 la entidad territorial informó a la Unidad de Restitución de Tierras (URT)[4] que los expedientes que hacían referencia al procedimiento de ampliación estaban pendientes de programación. Por ende, un año después la URT presentó una solicitud de protección del territorio ancestral, en el que le indicó a la (ANT) continuar con el proceso de caracterización territorial.
Sin embargo, hasta este momento la comunidad no tiene claridad ni conocimiento de los límites de su resguardo. Por ende, el equipo jurídico de la CNTI se dispone a hacer una documentación del caso en la que sean tenidas en cuenta las aspiraciones territoriales para poder identificar si mediante una acción jurídica se puede lograr la dotación territorial y la ampliación del resguardo de la comunidad El Coco, además de iniciar un trabajo pedagógico con el fin de que el Pueblo Indígena conozca sus derechos territoriales sobre la problemática que se está presentando con la Infantería de Marina Armada de Colombia.
El artículo 63 de la Constitución Política de Colombia, dice lo siguiente: “Los parques comunales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables”. De igual forma, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los artículos 13 y 14, refiere el concepto de «tierra» como territorio para los Pueblos Indígenas. Por eso, la ocupación o posesión genera propiedad y el Estado está en la obligación de formalizar los territorios.
Por eso, la Infantería de Marina Armada de Colombia debe reconocer que así no se encuentre el territorio titulado dentro del marco de la legalidad, las comunidades indígenas de Coco Nuevo y Coco Viejo son pueblos originarios del departamento del Guainía y que en estos momentos la fuerza armada se encuentra ubicada en un territorio ancestral y sagrado.
Ahora bien, aunque hay conocimiento de esta disputa territorial, existe una serie de desarmonías en el territorio ancestral que han afectado a los Pueblos Indígenas como la falta de atención y de materia prima productiva que contribuya a la manutención de las comunidades, pues su fuente principal de ingreso sigue siendo las artesanías y la minería artesanal.
Acciones adelantadas por la comunidad
A pesar de que en el departamento del Guainía y en la comunidad se ha incrementado la presencia de colonos que afectan directamente a las comunidades ancestrales con la tala indiscriminada de árboles, la comunidad de Coco Viejo y Coco Nuevo ha creado un invernadero rodeado de polisombra y plantas ancestrales del Pueblo Indígena de los Curripacos, con el que pretenden reforestar gran parte de su territorio para restablecer su sitio sagrado.
Mujer indígena como territorio
Además de esto, la participación de la mujer indígena en su territorio es de suma importancia, pues ellas son las encargadas de transmitir el conocimiento a sus hijos, de defender y proteger su territorio como un espacio sagrado que debe ser preservado a través del cuidado de las plantas que brindan componentes medicinales, la preservación de los bosques y el agua.
“Cuando se desaparece una laguna o un árbol se empiezan a deteriorar y extinguir las mismas culturas, porque existe una correlación entre la pérdida de la biodiversidad, el deterioro físico de los pueblos y el desarraigo cultural”, Camilo Niño, secretario técnico de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas.
Por eso, en el marco de los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas es necesario que se garantice la supervivencia de los Pueblos Indígenas con el respeto a sus procesos organizativos, culturales, espirituales y de Gobierno propio para la conservación de la biodiversidad, el buen vivir y para la pervivencia del Pueblo física y culturalmente.
Por: Secretaría Técnica Indígena
Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI)