El 21 de octubre se realizó un conversatorio sobre la Meta 3 del Marco Mundial de Biodiversidad (MMB), en el desarrollo de la programación de la COP16, en la zona verde ubicado en el boulevard del río en la ciudad de Cali. Allí participaron vocerías de los pueblos indígenas, campesinas y afrodescendientes. El encuentro tuvo cinco momentos;. la apertura del espacio por parte de una autoridad tradicional, la contextualización de la creación de una mesa de trabajo conjunta, la presentación de los panelistas, la ronda de preguntas y respuestas y finalmente las intervenciones y preguntas del público.
Carmen Rosa Guerra Ariza, indígena Kankuama de la Sierra Nevada de Santa Marta, Policy Manager Niatero, fue la encarda de moderar la conversación. La pregunta que estructuró el encuentro fue ¿cuáles son los aportes de los Territorios Indígenas, los Consejos Comunitarios y las Zonas de Reserva Campesina en la conservación y cuidado de la Madre Tierra? Y ¿cómo estos pueden contribuir a la implementación de la Meta 3 de MMB?
Gladys Calvache, líder campesina, fundadora de la Asociación de Mujeres de la bota Caucana, afirmó que llevan más de 25 años trabajando en el territorio cuidando la biodiversidad de Santa Rosa del Cauca. En diciembre de 2022 fue aprobada la Zona de Reserva Campesina La Tuna, luego de una lucha larga y concertación multiétnica e intercultural. Según Gladys, la zona permitirá controlar la expansión inadecuada de la frontera agropecuaria, garantizar la participación del campesinado en la planificación del territorio, facilitar la ejecución de políticas públicas, pero sobre todo proteger los recursos naturales. La Tuna está rodeado de tres parques nacionales y allí se tiene registro de más de 400 aves, ríos, páramos y bosque: ‘’Estamos situados en una zona estratégica, en la zona de confluencia macizocolombiano piedemonte amazónico y tenemos también una incidencia en el pacífico”.
Por su parte, Jaime Luis Airas Ramírez, actual gobernador del pueblo Kankuamo, miembro del Consejo Territorial de Cabildos de la Sierra Nevada de Santa Marta, afirmó que los Pueblos Indígenas de Colombia han contribuido al cuidado de la Madre Tierra desde sus sistemas de conocimientos propios, usos y costumbres. Estos saberes ancestrales han sido transmitidos en el proceso de aprendizaje y enseñanza de los mayores y mayoras. “Y como Pueblos Indígenas tenemos la responsabilidad de seguir manteniendo ese legado, ese principio de vida de cuidar el territorio, no solo para nuestra subsistencia, sino para toda la humanidad. Es nuestro mandato de vida para la humanidad, y seguiremos manteniendo la paz y la armonía con la naturaleza”. El gobernador Kankuamo también mencionó que la Meta 3 del MMB plantea retos y posibilidades para la protección de los territorios indígenas. El conocimiento y el cuidado de la biodiversidad debe implicar el reconocimiento y la garantía de los derechos de los pueblos indígenas, y el ejercicio de autonomía del gobierno propio. Finalmente, insistió que en esta COP16 de Biodiversidad, se debe posicionar la noción de que no solo debe proteger el territorio, sino que es el territorio quien cobija y cuida de la humanidad y de todas las expresiones de la vida.
Vladimir Angulo Cuero, miembro activo del Proceso de Comunidades Negras (PCN), afirmó que el primer ejercicio de cuidado y conservación que hacen las comunidades negras inició desde el momento en que arribaron a América, porque desde antes ya había vínculos profundos de protección con los territorios. Aunque para sus ancestros implicó un proceso doloroso y de exterminio, fueron quienes enseñaron cómo se cuida la vida, en medio de condiciones adversas. También afirmó que este ejercicio de cuidado que han realizado desde siempre, se ratificó con la ley 70 de 1993 en la que se creó la figura de Consejos Comunitarios. Para las comunidades afrodescendientes, dice Vladimir, son Palenques, sin embargo, la pelea jurídica con el Estado la perdieron.
Hoy hay Consejos Comunitarios legalmente constituidos en todo el país y este proceso ha posibilitado la titulación colectiva de territorios que ancestralmente venían ocupando. Aunque hay avances significativos, reconoce que los retos y discusiones con el Estado son grandes. En el marco de la Meta 3 del MMB y de los mecanismos de monitoreo e implementación dice que el lenguaje institucional y especializado debe entrar en diálogo y socialización directa con las comunidades, pueblos y organizaciones sociales. Si bien debe haber espacios de articulación entre la institucionalidad y las comunidades, también deben propiciarse espacios propios, de autonomía y gestión interna.
Este conversatorio sobre la Meta 3 del MMB destacó la importancia de los Territorios Indígenas, las Zonas de Reserva Campesina y los Consejos Comunitarios como figuras clave para la conservación de la biodiversidad y el cuidado de la Madre Tierra. El diálogo subrayó la necesidad de garantizar sus derechos territoriales, fortalecer su autonomía en la gestión del territorio y crear mecanismos que permitan una mayor articulación entre las políticas públicas y las realidades locales.
El conversatorio también puso de manifiesto debates no resueltos especialmente en torno a las formas de gobernanza territorial, la espiritualidad y ancestralidad, el reconocimiento legal de sus territorios y la relación con el Estado. A pesar de las diferencias en sus enfoques y experiencias, coincidieron en la necesidad de encontrar puntos de convergencia para trabajar juntos en el cuidado de la vida. Reconociendo la riqueza de sus diversos saberes y prácticas, se destacó la importancia de construir alianzas interculturales que fortalezcan la autonomía y promuevan el reconocimiento de sus derechos. En este sentido, la COP16 se presenta como un espacio clave para avanzar en la colaboración, desde la diversidad, hacia una gobernanza integral que ponga en el centro el cuidado de la naturaleza y la defensa de los territorios como pilares del bienestar de toda la humanidad.
!Defender los territorios es defender la vida!