Desde este espacio de diálogo y concertación, hacemos un llamado urgente a la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras, para que los casos o procesos que contengan problemáticas, afectaciones y pretensiones identificadas por las comunidades, se active la ruta étnica de protección, de igual modo avancen de manera correcta y oportuna en la restitución de derechos territoriales, acatando los principios del Decreto 4633 de 2011.
COMUNICADO CNTI
Bogotá D.C., 28 de julio de 2022
La Comisión Nacional de Territorios Indígenas de Colombia (CNTI) es un espacio de interlocución y concertación entre el Gobierno de los Pueblos Indígenas y el Gobierno Nacional, creado mediante el Decreto 1397 de 1996, con el fin de activar acciones para la garantía y el goce efectivo de los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas del país.
Desde este espacio, hemos reiterado la importancia de la seguridad jurídica de los territorios Indígenas y la política de restitución de derechos territoriales, según lo establecido en el marco del decreto 4633 de 2011 para las comunidades y pueblos indígenas que han sido víctimas del conflicto armado en el País.
La Secretaría Técnica y los delegados de las organizaciones indígenas que integran la CNTI, tenemos pleno conocimiento de las diferentes solicitudes de restitución de derechos territoriales que se adelantan en los municipios de Puerto Gaitán y Cumaribo, en los departamentos de Meta y Vichada, en especial los procesos que adelantan los Pueblos Indígenas Sikuani y Piapoco.
Teniendo en cuenta lo anterior se ha identificado, que de los casos relacionados con los territorios ancestrales Barrulia, Warrojo, Tsabilonia, Iwitsulibo, Alto Unuma, Wacoyo, se han realizado alertas sobre nuevas configuraciones de violencia, procesos de desalojo, así como falta de garantías y ausencia de acciones efectivas en el marco de la Ruta de Étnica de Protección y Registro Único de Predios y Territorios Abandonados (RUPTA). Frente a esta grave situación, hacemos un llamado urgente, al gobierno nacional, en especial a las entidades encargadas como son la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras, para que desarrollen acciones y protocolos oportunos a fin de disminuir el incremento de los riesgos de exterminio físico, cultural y espiritual de los Pueblos Sikuani y Piapoco.
Es urgente que las entidades encargadas puedan fortalecer las acciones de control y vigilancia, esto teniendo en cuenta las posibles situaciones de afectación territorial, asociadas a la concentración de la propiedad, los proyectos empresariales de gran escala, iniciativas minero energéticas y de infraestructura; así como adjudicaciones indebidas dentro de territorios colectivos, que vienen desconociendo la estrecha relación de los pueblos Indígenas con el territorio. Toda vez que las disposiciones que ordenan que, en territorios de ocupación ancestral y tradicional, existe destinación exclusiva a la constitución de resguardos, tal como lo establece en la ley 160 de 1994 – artículo 69:
“No podrán hacerse adjudicaciones de baldíos donde estén establecidas comunidades indígenas o que constituyan su hábitat, sino únicamente y con destino a la constitución de resguardos indígenas”.
Se precisa que, la falta de formalización y seguridad jurídica, la ausencia de protección y reparación integral resulta ser un elemento funcional al conflicto armado que promueve nuevas afectaciones a los territorios indígenas.
Por lo tanto, desde este espacio de diálogo y concertación, hacemos un llamado urgente a la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras, para que los casos o procesos que contengan problemáticas, afectaciones y pretensiones identificadas por las comunidades, se active la ruta étnica de protección, de igual modo avancen de manera correcta y oportuna en la restitución de derechos territoriales, acatando los principios del Decreto 4633 de 2011.
Asimismo, exigimos al Gobierno Nacional, que, a fin de cerrar su gestión con resultados, se abstengan de vulnerar los derechos territoriales de los pueblos y comunidades indígenas.
¡Defender los territorios es Defender la vida!