Las organizaciones indígenas con asiento en la Comisión Nacional de Territorios Indígenas – CNTI creada por el Decreto 1397 de 1996, dejamos pública constancia ante el Gobierno Nacional y hacemos un llamado urgente a sus autoridades, a los organismos de control, comunidad internacional y a la sociedad colombiana en su conjunto, para que se exijan, adopten y ejecuten de manera inmediata las acciones necesarias, encaminadas a detener el avance arrasador de la deforestación en la Amazonía colombiana.
Este posicionamiento se suma a las muchas voces que han advertido sobre esta misma situación, entre ellas la muy autorizada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –CIDH-, quien recientemente llamó la atención en su informe sobre los pueblos indígenas y tribales de la Panamazonía, sobre cómo “el incremento de las actividades extractivas en la Amazonía ha causado efectos de deforestación y ha creado tensiones por el uso de la tierra y sus recursos”, señalando al mismo tiempo que “durante los últimos años se han advertido nuevos problemas que amenazan la supervivencia de estos pueblos, particularmente las alteraciones medioambientales y el cambio climático, hacen cada vez más difícil que puedan mantener sus formas de vida e interacción con el medio ambiente” (2019).
Hoy más que nunca en Colombia se intensifican y materializan los riesgos y las amenazas contra la diversidad biológica de este bioma que es vital para la existencia misma de la humanidad, y un territorio sagrado y ancestral del que hace parte la mayor selva tropical húmeda del planeta. Tales riesgos se concretan, en la actualidad, en contra de la existencia física y cultural de los más de 60 pueblos y comunidades indígenas que, orientados por nuestros conocimientos y sistemas propios de pensamiento, hemos sido y seguiremos siendo, a pesar de toda adversidad, los guardianes tradicionales y ancestrales de este territorio amazónico colombiano.