Por: David Hernández Palmar
Nueva York, 21 de abril de 2025. En el marco de la 24ª Sesión del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII), se celebró el evento paralelo titulado “Avanzando en el Derecho de los Pueblos Indígenas a la Libre Determinación: Desafíos y Buenas Prácticas”, en la sede de la ONU en Nueva York.
La actividad reunió a referentes indígenas, académicos y representantes de organismos internacionales para dialogar sobre los avances, obstáculos y experiencias concretas en torno al ejercicio del derecho a la libre determinación, uno de los pilares fundamentales del movimiento indígena global. Entre los panelistas se destacaron Albert Barume, Relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; José Francisco Calí Tzay, representante permanente de Guatemala ante la ONU en Ginebra; y Camilo Niño, Secretario Técnico Indígena de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas de Colombia.
Durante su intervención, Albert Barume subrayó la centralidad de este derecho como base de todos los demás, afirmando que “el derecho a la libre determinación es comparable al derecho a la vida para los individuos. Un pueblo no puede existir como tal si no puede ejercer ese derecho. Si un Estado no lo garantiza, no puede realmente cumplir con otros derechos. Porque cuando los Estados siguen decidiendo por los pueblos indígenas, sobre sus tierras, su educación, su vivienda, están actuando como lo hacían los regímenes coloniales. Y si ni siquiera se reconoce a los titulares del derecho, es imposible implementar cualquier política que verdaderamente lo respete.”
Por su parte, Camilo Niño recordó que en Colombia habitan 115 pueblos indígenas, de los cuales más de 52 están en riesgo de desaparición física y cultural, como lo ha reconocido la Corte Constitucional. Esta situación es consecuencia de décadas de conflicto armado, políticas extractivas, evangelización y despojo territorial.
Desde el espacio político y técnico de los pueblos indígenas en Colombia, afirmó que el derecho a la libre determinación debe entenderse como una expresión integral de la diversidad cultural, los sistemas de conocimiento y las formas propias de gobierno y relación con el territorio. A pesar de que la Constitución de 1991 reconoce la diversidad étnica y cultural y otorga funciones jurisdiccionales propias a los pueblos indígenas, “tras más de 30 años esto sigue siendo una tarea estructural pendiente.”
Camilo Niño señaló dos desafíos urgentes: el reconocimiento y protección legal de los territorios de propiedad, posesión u ocupación tradicional o ancestral de los pueblos indígenas, incluidos los espacios agrarios y el respeto y protección de las relaciones espirituales, culturales y con la naturaleza para el ejercicio del sistema de conocimiento indígena como base de su autonomía.
“Si bien el Relator nos decía que la autodeterminación es el derecho de todos los derechos, para los pueblos indígenas en Colombia, el territorio es el derecho de todos los derechos.”
Mencionó como avance el reciente decreto 1275 de 2024, que otorga garantías para el ejercicio de competencias ambientales por parte de los pueblos indígenas, destacando que es un paso hacia la coordinación intercultural, aunque aún persisten grandes desafíos políticos y económicos.
La moderación estuvo a cargo de Elisa Marchi, especialista en ley y política indígena de la Universidad de Arizona. El panel incluyó también voces clave del Pacífico, Papúa, Asia, Ecuador y organizaciones internacionales, promoviendo una visión global y plural.
Con interpretación simultánea en inglés y español, el evento fue organizado por una coalición internacional de organizaciones aliadas como Land is Life, AIPP, IMPACT, CNTI, RMIB-LAC y centros académicos comprometidos con los derechos indígenas.
Este espacio reafirma la urgencia de seguir impulsando un diálogo intercultural y de alto nivel en el seno de las Naciones Unidas, reconociendo que el derecho a la libre determinación y en muchos contextos, el derecho al territorio— es esencial para garantizar la supervivencia, la dignidad y el desarrollo sostenible de los pueblos indígenas en todo el mundo.