Cada 21 de febrero, el mundo celebra el Día Internacional de las Lenguas Maternas, una fecha proclamada por la UNESCO en 1999 para visibilizar y promover la diversidad cultural y lingüística.
En Colombia, esta conmemoración también marca el Día Nacional de las Lenguas Nativas, un reconocimiento a los idiomas ancestrales que siguen resistiendo y tejiendo la historia de los Pueblos Indígenas. Esta fecha reafirma el derecho de los pueblos a preservar, revitalizar y fortalecer sus lenguas como parte esencial de su identidad y territorio.
El territorio también se defiende con el idioma propio. Porque en nuestra lengua está el pensamiento de nuestros mayores; la sabiduría de los ancestros y las ancestras; las normas propias; el conocimiento de los ríos, las montañas y los animales. Si nos quitan la lengua, nos quitan el territorio.
En Colombia perviven 65 lenguas indígenas, 2 criollas y la lengua romaní del pueblo Rrom. Estas lenguas pertenecen a 13 familias lingüísticas y son patrimonio cultural inmaterial de la nación.
Según la Constitución de 1991, las lenguas indígenas son oficiales en sus territorios. La Ley 1381 de 2010 reconoce el derecho de los Pueblos Indígenas a usar, preservar y fortalecer sus lenguas. Garantizar educación en lengua materna fortalece la transmisión intergeneracional.
Fomentar la producción de materiales pedagógicos en lenguas indígenas es fundamental para la educación intercultural y preservar la memoria de nuestros pueblos. Los medios de comunicación indígenas y comunitarios son voz, resistencia y territorio. Fortalecemos nuestra autonomía y autodeterminación, protegiendo nuestra lengua, cultura y territorio.
¿Qué es El Plan Decenal de Lenguas Nativas (2022-2032)?
Es una estrategia para la protección, fortalecimiento y revitalización de las lenguas indígenas. Pretende garantizar el derecho de los Pueblos Indígenas a usar, preservar y desarrollar sus lenguas como parte fundamental de su identidad y territorio. Las lenguas indígenas son patrimonio vivo. Su protección no puede esperar. Garantizar su fortalecimiento es una deuda histórica con los pueblos que las hablan. Sin implementación efectiva ni recursos suficientes, las lenguas seguirán en peligro. Exigimos compromiso y acciones concretas para su cumplimiento.
Cada lengua es un universo de nuestros sistemas de conocimientos, una forma de nombrar el mundo y habitarlo. Cada lengua es más que palabras: es memoria, sabiduría y territorio. Es el eco de las voces de nuestros ancestros y la herencia para las generaciones futuras. Es el latido de la Madre Tierra.
Más de la mitad de las lenguas indígenas en Colombia están en peligro de desaparecer. La pérdida de hablantes, la discriminación, el desplazamiento forzado y la falta de políticas efectivas amenazan su existencia. Cuando una lengua indígena desaparece, un pueblo pierde su voz. El fuego de la memoria se apaga. Un territorio queda en silencio. Cada palabra que no se transmite es una historia.
Las lenguas indígenas son resistencia, vida y dignidad. No basta con reconocerlas, hay que fortalecerlas, hablarlas y transmitirlas a las nuevas generaciones. Desde la CNTI reafirmamos nuestro compromiso con su protección. Exigimos acciones concretas para su revitalización y defensa. Que nuestra palabra no se apague. Que nuestras lenguas sigan vivas.
¡Soñemos en nuestra lengua! ¡Defender los territorios, es defender la vida!