En el marco de las acciones para la preservación y protección de la biodiversidad, la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) participó en el Taller Subregional sobre la Meta 3 del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. Este taller se realizó del 9 al 13 de junio de 2024 en Costa Rica.
El evento fue organizado por la Presidencia del Gobierno de la República de Costa Rica y la Coalición de Alta Ambición. El propósito fundamental del encuentro fue focalizar la atención en la Meta 3 del Marco Mundial de Biodiversidad, la cual busca la conservación de la biodiversidad mediante la gestión, protección y cuidado de las áreas protegidas de los territorios indígenas y tradicionales. Esta meta es indispensable para detener y revertir la pérdida de biodiversidad a nivel global.
La biodiversidad no solo es fundamental para mantener todas las expresiones de la vida, sino también para sostener las culturas y modos de vida de los pueblos indígenas que habitan estos territorios. El evento reunió a representantes de países de América Latina, incluidos a los pueblos indígenas y comunidades locales, con el firme propósito de discutir y desarrollar planes de acción temáticos y estrategias de conservación reales, participativas y eficaces.
La participación de la CNTI fue clave, porque no solo posibilitó el hecho de compartir experiencias entre pueblos hermanos, sino que además fortaleció la cooperación internacional en la protección de la biodiversidad. La presentación de la CNTI focalizó su atención en los derechos territoriales para los pueblos indígenas en Colombia, ya que de ellos depende el desarrollo de su vida física, espiritual y sociocultural.
La garantía de los derechos territoriales de los pueblos indígenas va más allá de la consolidación legal de territorios constituidos. La protección del territorio, en ese sentido, no solo implica el reconocimiento legal y jurídico, sino sobre todo abarca la protección y reivindicación de sus territorios como espacios de significado ancestral y tradicional, fundamentales para su identidad y pervivencia cultural. La protección efectiva de los territorios indígenas debe considerar la gestión autónoma de sus recursos, respetando sus sistemas de gobierno propio, sus prácticas culturales y su relación espiritual con la tierra.
La garantía efectiva de los derechos territoriales de los pueblos indígenas es fundamental para su pervivencia y bienestar. Esto requiere la implementación de medidas concretas que incluyen la protección de áreas sagradas más allá de los resguardos existentes, el respeto por los territorios tradicionalmente ocupados por comunidades indígenas, y el reconocimiento de su derecho al autogobierno y a la autodeterminación dentro de estos territorios. Además, es esencial asegurar su participación efectiva a través de la consulta previa en cualquier proyecto que les afecte. Proteger estos territorios de amenazas como la explotación industrial y la deforestación es crucial para mantener la integridad de sus territorios y sus sistemas de vida.
Los derechos territoriales de los pueblos indígenas reconocidos por las Altas Cortes, tanto nacionales como internacionales, incluyendo la Corte Constitucional de Colombia y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a través de estándares de derechos establecidos. En Colombia, el Estado ha promulgado normativas y políticas públicas, tales como el Decreto 2164 de 1995, el Decreto 4633 de 2011 y el Decreto 2333 de 2014, destinados a asegurar estos derechos. Sin embargo, persisten significativas deficiencias. A pesar de las normativas existentes, hay un atraso considerable en el reconocimiento, delimitación, protección, titulación y restitución de los territorios indígenas. Esta situación va en contravía de las obligaciones del Estado colombiano y amenaza la pervivencia física y cultural de los pueblos indígenas.
Desde la COP15, se ha reconocido oficialmente la contribución crucial de los pueblos indígenas en la protección de la biodiversidad dentro de sus territorios. Esta contribución se integra ahora a los indicadores globales de diversidad biológica, subrayando la importancia de proteger los territorios indígenas y, por ende, sus derechos territoriales. Integrar estas contribuciones en los indicadores globales de diversidad biológica subraya la necesidad de proteger los territorios indígenas y, consecuentemente, sus derechos territoriales.
En ese sentido es necesario realizar un monitoreo constante de los territorios para garantizar su conservación y protección. El proceso requiere un conocimiento profundo de los territorios, como el que poseen los pueblos indígenas. También es vital contar con mecanismos y sistemas que permitan recopilar esta información y combinarla con la del Estado, con el propósito de crear herramientas eficaces de control y vigilancia. Estos mecanismos son esenciales para proteger los territorios biodiversos y vulnerables, y facilitan la detección de impactos y amenazas externas que puedan afectar a los territorios indígenas.
Los Estados deben proporcionar los recursos y establecer condiciones jurídicas adecuadas para garantizar el derecho de las comunidades a su propiedad y su pleno ejercicio. Así, se asegura que las comunidades disfruten del derecho a la propiedad, gocen de su territorio en un sentido amplio y ejerzan su sistema de gobierno autónomo, de modo que su identidad cultural y sus formas de vida tengan reconocimiento y efectos jurídicos frente al resto de la sociedad.
En conclusión, la participación de la CNTI en el Taller Subregional en Costa Rica fue crucial porque resaltó la relevancia crítica del territorio para los pueblos indígenas, no sólo como un espacio físico, sino como un componente esencial de su identidad y pervivencia cultural. Este evento proporcionó una plataforma valiosa para discutir y enfatizar la protección de los territorios indígenas bajo el marco del Marco Mundial de Biodiversidad y el Convenio de Diversidad Biológica. Al integrar las voces, saberes y conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas en las estrategias de conservación, cuidado y políticas globales, se refuerza la importancia de su participación activa y decisiva en la gestión y conservación de la biodiversidad. La garantía de sus derechos territoriales y la protección efectiva de sus tierras son indispensables no solo para el bienestar de los pueblos indígenas sino también para el equilibrio ecológico global.
¡Defender los territorios es defender la vida!