Informe de la CNTI al Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas de la ONU, advierte riesgo de etnocidio en Colombia

Informe de la CNTI al Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas de la ONU, advierte riesgo de etnocidio en Colombia

El Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas publicó el informe elaborado por el Observatorio de Derechos Territoriales de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, respecto a las afectaciones sufridas por los pueblos indígenas durante la pandemia del COVID-19.

El documento evidencia cómo las medidas tomadas por el Gobierno nacional durante la emergencia sanitaria y que responden a su interés de acelerar la economía, han favorecido el accionar delictivo de grupos armados que están operando en la impunidad, así como han contribuido al avance de proyectos extractivos que se llevan a cabo en los territorios indígenas. Esto debido a que dichas agrupaciones avanzan mientras las comunidades acatan las medidas de aislamiento.

El informe entregado al Relator el 19 de junio hace hincapié en la amenaza que representan para la seguridad jurídica de los territorios ancestrales: la militarización de los territorios, la intención de reactivar las aspersiones aéreas con glifosato, los desalojos a comunidades urbanizadas forzosamente, los hechos victimizantes relacionados al conflicto armado y el desplazamiento masivo de pueblos indígenas en plena pandemia.

De hecho, el Observatorio de Derechos Territoriales registró con preocupación un incremento del 53% en el asesinato de líderes indígenas en el contexto de la pandemia, comparado con el mismo periodo en el año anterior.

¿Cuáles son los impactos del COVID-19 en los derechos territoriales de los pueblos indígenas en Colombia?

Para el Observatorio, “la pandemia afecta de manera particular a comunidades indígenas porque aunado a la precariedad en la garantía del derecho a la salud, los territorios de las comunidades étnicas tienen un rezago significativo en el índice de condiciones de vida frente al resto de la población”. Además, destaca las problemáticas que se viven en los territorios, debido a la presencia de grupos armados y la persecución política en contra de autoridades y comunidades indígenas.

Por lo tanto, los meses de aislamiento preventivo y la ausencia de lineamientos efectivos por parte del Estado, encendieron las alarmas por estar configurando un posible escenario de etnocidio, ya que “han significado una desmedida e irresponsable exposición de los pueblos indígenas al contagio y a la muerte y, con ello, a su eventual exterminio cultural, a la violación de sus derechos fundamentales, a la militarización de sus territorios y a su afectación irreversible producto de las implicaciones que tienen las medidas de reactivación de la economía nacional”.

El estudio recoge también las iniciativas de autocuidado a las que han tenido que recurrir las comunidades para contener el avance del virus, pues este ya ha alcanzado al 54% de los pueblos indígenas del país, con más de 3.030 contagios y 114 fallecidos confirmados a la fecha.

Para consultar el informe, clic aquí:

Julio: el mes más violento para los pueblos indígenas de Colombia

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31 de julio de 2020.

Por Redacción CNTI

La pandemia del coronavirus ha intensificado las problemáticas de los pueblos indígenas. La vulneración de sus derechos fundamentales y territoriales, así como los atentados contra la vida de sus representantes, han aumentado durante la emergencia sanitaria.

July Calderón, coordinadora del Observatorio de Derechos Territoriales de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, evidenció que desde el inicio de la pandemia se han registrado 40 asesinatos de miembros de pueblos indígenas, lo que representa un crecimiento del 53% en estos crímenes respecto al mismo periodo del año anterior.

También llamó la atención respecto a lo sucedido desde el sábado 25 de julio hasta el miércoles 29, con el asesinato de seis miembros de pueblos indígenas, tres de ellos de la misma familia del pueblo Zenú en Córdoba y que originó el desplazamiento de dos cabildos indígenas de la zona hacia el casco urbano de San José de Uré. A este se sumó el feminicidio registrado en el resguardo del pueblo Nasa en Jambaló, norte del Cauca, el atentado contra una familia y el asesinato de dos integrantes del pueblo Awá en Barbacoas, Nariño.

Aida Quilcué, lideresa de la nación Nasa y consejera de derechos humanos en la ONIC, dijo: “de agosto del 2018 hasta el 12 de julio de 2020, el confinamiento creció y tenemos 15.781 personas confinadas, 12.205 en situación de desplazamiento forzado, 512 amenazas, 187 homicidios, 87 atentados y 82 afectaciones al territorio recopiladas por el Centro de Documentación de la ONIC, por lo que podemos decir que, en tiempos de pandemia los intereses de hacer daño a los pueblos indígenas, aumentaron”.

A su vez, denunció que “han llegado muchos panfletos y no terminan siendo solo eso, sino que se está materializando lo que dicen. Hay unas zonas en el Cauca donde ha aumentado el narcotráfico por distintas razones, vemos cómo en las rutas del narcotráfico están asesinando mucha gente. Es muy complicado porque lo que hace cinco meses no se veía, muchas camionetas de alto cilindraje con hombres armados para arriba y para abajo, pone en riesgo a muchas comunidades, no solo indígenas sino también campesinas y afrocolombianas”.

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